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La asociatividad entre mujeres. Desafíos y oportunidades

Sobre el blog

Mixzaida Peña Zerpa
Doctora en Gerencia (UNY). Magíster Scientiarum en en Ingeniería Sanitaria (UCV). Ingeniera Industrial (UCAB). Especialista en Dirección y Producción de Cine, Vídeo y Televisión. (UEMC). Certificación OSHA. Curso más reciente NASA.
  • asociatividad mujeres. Desafíos y oportunidades
    Pixabay.

A pesar de los esfuerzos de 145.000 Organizaciones Comunitarias de Servicios de Agua y Saneamiento conocidas como OCSAS (CLOCSAS, AECID. 2017), quienes abastecen de agua a más de 70 millones de personas en el sector rural de Latinoamericano y el Caribe (FAO, s.f.), se puede decir que el proceso no ha sido sostenible en el tiempo. Una de las posibles causas son las  debilidades de las OCSAS. La mayoría no cuentan con apoyo institucional, recursos y posibilidades para fortalecer sus capacidades, cohesión, y visibilidad. 

El informe del Programa Conjunto de Monitoreo OMS/UNICEF (JPM, por sus siglas en inglés) para el período 2000-2020, en América Latina y el Caribe confirman que los grandes desafíos en agua potable y saneamiento en las zonas rurales se resumen en las siguientes estadísticas:

  • 58 millones de personas sin acceso a un servicio de agua potable segura.
  • 33 millones de personas sin acceso a un servicio básico de saneamiento.
  • 7 millones de personas aún practican la defecación al aire libre en el área rural.

Situación que involucra directamente a las mujeres por su relación profunda y compleja con la problemática y sus posibles soluciones. En muchas comunidades, son las principales responsables de la gestión del agua a nivel doméstico, incluyendo la recolección, el almacenamiento y el uso. A menudo, también desempeñan un papel crucial en la agricultura y la pesca, actividades que dependen del agua. Sin embargo, las mujeres latinas también se enfrentan a una serie de desafíos relacionados con el agua, como la escasez, la contaminación, la falta de acceso a servicios básicos de agua potable y saneamiento. A esto se suman las desigualdades de género, que limitan su participación en la toma de decisiones sobre el agua, el acceso a recursos y oportunidades.

La meta del ODS 6.2 es explícita en cuanto a lo relacionado al tema de género en agua y saneamiento: necesidades de las mujeres y las niñas (ONU, s.f). Específicamente, cuando las fuentes de agua potable no están ubicadas dentro de la vivienda, en el patio o parcela, deben emplear tiempo y energía en la obtención del agua. El CAF (2024) indica que 53 de 73 países analizados, más de la mitad de los hogares donde no había agua  dependían de las mujeres para obtenerla. Datos que identifican su responsabilidad directa en la recolección de este vital líquido en 8 de cada 10 hogares. 

Mientras, la Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que las mujeres, niñas y niños dedican más de 125 millones de horas a la recolección y acarreo de agua. Mientras que la cifra de la ONU asciende a 200 millones de horas al día (Daki, 2023). Una actividad que involucra directamente a las mujeres como principales responsables de este trabajo en un 64% en comparación con los hombres y niños. Situación que impacta en su educación, ámbito laboral y otras actividades en el plano social, económico y personal. Incluso al salir al amanecer o anochecer para hacer las necesidades en el campo, la inseguridad emerge bajo este contexto, además de las posibles infecciones en su cuerpo.

La FAO (s/f) indica que las mujeres son fuentes de conocimientos y sabiduría en cuanto a calidad del agua se refiere:

Las mujeres y los niños proporcionan prácticamente toda el agua que necesitan los hogares rurales. Esta agua se usa para procesar y preparar la comida, beber, bañarse, lavar. regar la huerta y dar de beber a los animales. La mujer sabe donde se encuentran las fuentes locales de agua y conoce su calidad y potabilidad. La recoge, almacena y controla su uso e higiene. La recicla, usa la menos limpia para lavar y regar y da el agua de escorrentía al ganado (párrafo 8)

Se ha reconocido que la exclusión de la mujer de los esquemas de planificación del suministro de agua y saneamiento es una de las principales causas del alto índice de fracaso de los mismos. Por ello, la importancia del empoderamiento por medio de los emprendimientos.

Un camino es la asociatividad. Herramienta o mecanismo entendida como la acción de unir fuerzas. Además, de colaborar y fortalecerse con otras personas en la búsqueda de objetivos comunes, alcanzar el éxito, enfrentar los desafíos relacionados con el agua y generar un impacto positivo en sus vidas, sus comunidades y territorios. Por ello, mencionar los beneficios también involucra:

  • Fortalecimiento del liderazgo y la participación: Las asociatividad permiten a las mujeres compartir conocimientos, experiencias y estrategias, fortaleciendo su capacidad de liderazgo y participación en la toma de decisiones sobre el agua. Ejemplo de ello, mujeres líderes en la gestión del agua en el ámbito local graduadas del Programa de Liderazgo de Mujeres para la Gestión de Recursos Hídricos (Forest-trends.org, 2022).
  • Acceso a recursos y oportunidades: Las asociaciones pueden facilitar el acceso a recursos financieros, técnicos y de capacitación, lo que permite a las mujeres desarrollar proyectos y emprendimientos relacionados con el agua.
  • Mejora de la gestión del agua: La colaboración entre mujeres puede contribuir a mejorar la gestión del agua a nivel comunitario, promoviendo prácticas sostenibles y eficientes.
  • Promoción de la equidad de género: Las asociaciones pueden desafiar las normas sociales y promover la igualdad de género en el ámbito del agua.
  • Avances en los servicios comunitarios de agua y saneamiento en función de los derechos humanos y el ODS6.

A pesar de los beneficios de la asociatividad, existen algunos desafíos que deben ser superados para que las mujeres latinas puedan aprovechar al máximo esta herramienta. Entre ellos:

  • Acceso a información y recursos: Muchas mujeres no tienen acceso a la información y los recursos necesarios para formar o participar en asociaciones.
  • Formación técnica. Algunas asociaciones de mujeres carecen de capacidad técnica.
  • Formación financiera. Algunas asociaciones de mujeres carecen de la capacidad financiera para llevar a cabo sus proyectos.
  • Violencia y discriminación: Las mujeres latinas pueden enfrentar violencia y discriminación, lo que limita su participación en la vida pública y en las asociaciones.
  • Autoestima. Problemas de autoestima de las mujeres (tienen vergüenza y hasta algunas veces no se ven capaces).
  • Participación. La escasa visibilidad de las mujeres suelen mantenerlas excluidas de los espacios de poder. La participación es menor en comparación con los hombres. Ellas ocupan en general posiciones subalternas y con escaso poder de decisión.
  • División del trabajo. Cuando el agua se consigue por medios precarios (acarreando agua desde un río o un pozo) para utilizarla en las tareas domésticas, está asumido socialmente que son “funciones propias de mujeres”. Sin embargo, en la administración del agua, el hombre se siente dueño del sistema de agua potable.

Caso venezolano

El informe realizado por la ONG Caleidoscopio Humano, basados en el monitoreo, documentación y difusión del proyecto Monitor DescaVe, indicó que Venezuela atraviesa una grave crisis de agua potable que afecta principalmente la salud de niñas y mujeres, pues sobre ellas recae el traslado y almacenamiento del agua.

Más del 80 % de las personas en Venezuela no cuentan con el servicio de agua de manera continua. La falta de mantenimiento en los sistemas de distribución y la ausencia de políticas públicas, lleva a que las personas tengan que hacer uso de camiones cisterna o de fuentes hídricas contaminadas para poder contar con el líquido (Párrafo 1)

En Venezuela el Poder Popular se identifica con las Brigadas de Aguas (BRIPPAS), las Mesas Técnicas de Agua y la clase obrera de las hidrológicas en conformidad con la política del Estado Venezolano, perteneciente al Ministerio del Poder Popular de Atención de las Aguas. Sin embargo, cuando se revisan quienes ocupan los cargos de líderes, las mujeres ocupan menos cargos que los hombres. Resalta desde la web, el caso de la coordinadora de la brigada en la parroquia Antímano, Maribel Moncada, cuya Brippas incluye 25 comunas y 198 consejos comunales que conforman dicha parroquia.

El trabajo de las Brippas se concibe desde la articulación  con la hidrológica con la finalidad de atender de manera más rápida los problemas en materia de agua que enfrentan las comunidades. Comienza con la atención de las averías de agua potable priorizadas en el sector. y sensibilizar en torno a la preservación de este vital líquido. Sin embargo, se desconoce de manera pública la cantidad de brigadas y mesas técnicas del agua a nivel nacional, la participación de las mujeres y los cargos que ocupan, y los resultados obtenidos. Por ello, se recomienda:

  • La formación técnica, social y administrativa de las mujeres en temas relacionados con el agua. 
  • La gestión comunicacional incluyente que permita que la información llegue de forma efectiva, eficaz y oportuna a las mujeres de comunidades, asociaciones, brigadas y ciudadanía en general.
  • La generación de estadísticas a nivel nacional que permita mayor visibilidad de la gestión de las mujeres en los temas relacionados con el agua. 
  • El trabajo integrado y cooperativo entre brigadas y mesas técnicas del agua.

Referencias